Nombre y destino

En Noviembre de 2007, ocho productores nos unimos para entender muestro camino y formar un grupo que compartiría conocimiento y proporcionaría ayuda empresarial mutua.

Poco se ha escrito en estas páginas acerca de la adopción de nuestro nombre grupal y por eso pido mis disculpas al escribir aquí mi ultimo post.

Elegir una denominación en forma democrática y grupal no siempre es sencillo.

En ese entonces, llegado nuestro momento de creación hubo varias propuestas para la denominación de nuestro grupo.
Recuerdo esa mañana en nuestra primera reunión formal que se planteó el tema en la casa de nuestro querido y hoy lamentablemente desaparecido Chano.
Sin nombre no había grupo, no podíamos pedir ayuda gubernamental... ese era el requisito administrativo para "Ser".
Y bueno, nos pusimos a intercambiar ideas sin saber todavía que íbamos a actuar así de ahí en más... siempre.

Algunos nombres barajados eran descriptivos de la actividad que íbamos a emprender, pero no tenían ningún significado emocional. Otros eran nombres eran demasiado emocionales, relativos a la realidad que enfrentábamos (como el nombre del propio Chanito) pero resultaban personalistas y tal vez con el tiempo podían ser divisivos.

Yo no era nadie.
Era la más desconocida para el grupo y representaba lo posiblemente más estigmatizado e intrigante por estas zonas.
Imagínense! Yo era la nueva y la demandante de agrupación para el desarrollo. (Cómo se le ocurre a esta loca venir a joder?).
Con un apellido impronunciable (judío? mmm), marido americano (con otro nombre impronunciable? mmm), madre (y socia) matriarca de familia pionera y fundadora de sociedades rurales (rica? mmmm), llegada de "la Capital" (mmm), con títulos universitarios y honorarios que nada tenían que ver con la producción ganadera (mmm) - (aunque en verdad jamás los mencioné por temor a "desbandar la tropa" o parecer "nariz parada")-, etc, etc, etc.
Y más etc.
Debo confesar que yo también estaba a la defensiva porque a lo largo de mi vida me había enfrentado a muchas situaciones discriminatorias.

Pero ese día el grupo me dio mi primera lección. Y juro que es todavía la que más aprecio de todas. Esto es aparte de todo lo técnico y comercial que aprendí trabajando más de 4 años codo a codo con mis amigos de hoy.
Aprendí que todo lo técnico o comercial es terrenal y fugaz, que dura hasta el próxima oportunidad o descubrimiento.
Aprendí que la esencia de la gente de campo es otra cosa: es nobleza y confianza primero... y si fallas a eso... fuiste.
Y me convertí.
Y mi marido se convirtió.
Y mi mamá se sonrió porque ya sabía.
Porqu estaba en nuestra naturaleza. Antes de haber pasado por cualquier ambiente corporativo internacional seguía intacto. Nobleza y confianza primero.

Pero vuelta al nombre...
En la primera reunión, mis entonces nuevos co-integrantes trascendieron sus prejuicios y demostraron ser más abiertos e inteligentes de lo que yo imaginaba.

A mí que no me cuenten que esta gente es cerrada! Esta gente no sólo me dio la oportunidad de "pertenecer". Aún con toda la carga de incertidumbre y desconfianzas tomaron el nombre que yo propuse como estandarte de ahí en más para denominar el grupo.

La historia es cortita.
Yo propuse que el grupo se llamara como el Santo Patrón de Tapalqué: el Arcángel San Gabriel y todos estuvieron a favor.
Inmediatamente dejaron sus pequeñas disidencias y se alinearon.

Aunque debo decir que en verdad yo no lo hice inocentemente: San Gabriel para mí no es solamente el patrono del pueblo. Es el Ángel de la unificación, el Arcángel de las revelaciones.

Hoy el grupo consolidó conocimiento.
Hoy el grupo sabe más. No todo por supuesto, pero mucho más que al empezar.
Hoy nos separamos como grupo fundador porque los tiempos administrativos son así pero dejamos a los próximos integrantes de los próximos grupos Cambio Rural Tapalqué el nombre, las herramientas, nuestra experiencia y el porqué de agruparnos bajo las alas del Arcángel de la unificación.
Gracias a todos y

Gracias San Gabriel
Nov 27, 2011